Mi pasión por volar se ha convertido en una actividad enriquecedora en muchos sentidos. Al enorme placer de surcar los cielos simplemente con una vela y un pequeño motor a mis espaldas, sumo la satisfacción de haberme integrado en un grupo de gente joven, sana, muy comprometida con la seguridad y con el deporte. Son mi profesor de vuelo, Vicente Palmero y sus amigos (ya también míos) Javier, Adrián, Manolo, Nané y tantos otros con los que comparto tiempo libre, rutas sobre los cielos de mi Andalucía y la visión de imágenes increíblemente bellas, bajo mis pies que cuelgan buscando el infinito.
En algunas ocasiones nos armamos de valor y de ilusión y organizamos rutas muy ambiciosas, como la que nos llevó desde Chiclana hasta Mérida con un recorrido de 339 kilómetros en un sólo día, cruzando tres provincias, dos comunidades autónomas y casi la mitad de España. La hazaña quedó recogida en medios de prensa local, como el que podéis ver abajo.